sábado, 22 de septiembre de 2007

Guerrera de la Luz




—¿Qué es un guerrero de la luz?

—Tú lo sabes —respondió ella, sonriendo—. Es aquel que es capaz de entender el milagro de la vida, luchar hasta el final por algo en lo que cree, y entonces, escuchar las campanas que el mar hace sonar en su lecho.



El guerrero sabe que es libre para elegir lo que desee; sus decisiones son tomadas con valor, desprendimiento y —a veces— con una cierta dosis de locura.

Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es necesario renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida y alegran a todos los que en ellas participan.

Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas, y los lazos creados con solidez a través del tiempo.

Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.



Él sabe que las batallas que trabó en el pasado siempre terminan por enseñar algo. No obstante, muchas de estas enseñanzas le hicieron sufrir más de lo necesario. Más de una vez perdió su tiempo luchando por causa de una mentira. Y sufrió por personas que no estaban a la altura de su amor.

Los victoriosos no repiten el mismo error. Por eso el guerrero sólo arriesga su corazón por algo que vale la pena.



Un guerrero de la luz sabe que ciertos momentos se repiten.

Con frecuencia se ve ante los mismos problemas y situaciones que ya había afrontado; entonces se deprime, pensando que es incapaz de progresar en la vida, ya que los momentos difíciles reaparecen.

"¡Ya pasé por esto!", se queja él a su corazón.

"Realmente tú ya lo pasaste —responde el corazón—, pero nunca lo sobrepasaste".

El guerrero entonces comprende que las experiencias repetidas tienen una única finalidad: enseñarle lo que no quiere aprender.



Un guerrero de la luz necesita amor.

El afecto y el cariño forman parte de su naturaleza, tanto como el comer, beber o el gusto por el Buen Combate. Cuando el guerrero no se siente feliz ante una puesta de sol, es que algo anda mal.

En este momento, interrumpe el combate y va en busca de compañía, para contemplar juntos el atardecer.

Si tiene dificultades para encontrarla, se pregunta a sí mismo: "¿Tuve miedo de aproximarme a alguien? ¿Recibí afecto y no lo percibí?"

Un guerrero de la luz usa la soledad, pero no es usado por ella.


El guerrero de la luz confía.

Porque cree en milagros, los milagros empiezan a suceder. Porque está seguro de que su pensamiento puede cambiar su vida, su vida empieza a cambiar. Porque está convencido de que encontrará el amor, este amor aparece.

De vez en cuando se decepciona. A veces, recibe golpes.

Entonces, escucha comentarios: ""¡Qué ingenuo es!"

Pero el guerrero sabe que vale la pena. Por cada derrota, tiene dos conquistas a su favor.

Todos los que confían lo saben.



El guerrero de la luz sabe perder.

Él no trata a la derrota como algo indiferente, usando frases tales como “Bien, esto no era tan importante” o “A decir verdad, yo no quería realmente esto”. Acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria.

Amarga el dolor de las heridas, la indiferencia de los amigos, la soledad de la pérdida. En estos momentos se dice a sí mismo: “Luché por algo y no lo conseguí. Perdí mi primera batalla”.

Esta frase le da nuevas fuerzas. Él sabe que nadie gana siempre, y sabe distinguir sus aciertos de sus errores.



Cuando se quiere algo, el Universo entero conspira en su favor. El guerrero de la luz lo sabe.

Por esta razón cuida mucho sus pensamientos. Escondidos bajo una serie de buenas intenciones existen sentimientos que nadie osa confesarse a sí mismo: venganza, autodestrucción, culpa o miedo de la victoria, la alegría macabra ante la tragedia de otros.

El Universo no juzga: conspira a favor de lo que deseamos. Por eso, el guerrero tiene el valor de mirar hasta las sombras de su alma y ver si no está pidiendo nada nocivo para sí mismo.

Y tiene siempre mucho cuidado de lo que piensa.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Yo creo q me caigo mil veces con la misma piedra y a diferecia de ti,soy muxo más débil. Me cuesta ver las derrotas como un aprendizaje, y me vengo abajo...

Creo q no estoy pasando por mis mejores días, todo es muy incierto... cuando estaba en el colegio deseaba tener tiempo.. inmediatamente entre a la U... y añoraba tener ratos libres y ahora q lo tengo.. quiero hacer más cosas, aunque si era necesario un tiempito...

Por otro lado, me siento incomprendida y eso me causa tristeza...y no comprendo por qué no hay disposición a escuchar???

Estos últimos meses he intentado ser fuerte y demostrarme a mi misma q puedo sola, y q voy a cumplir mis sueños, por que realmente son esas metas q uno se plantea, las q le dan objetivos a nuestra vida y hace q sea todo más interesante..

No se q vendrá en el futuro, sólo espero q podamos ser felices, sé q no todo perfecto.. pero sí espero poder disfrutar de muxas cosas, q nos hemos privados en estos años.

Y no creas q aunq a veces no este de acuerdo con lo q haces ... signifique q no te quiero...Tú eres la mejor hna q alguien pudiera tener..

TE QUIERO MUXO...
BESOS

Anónimo dijo...

Siempre me he propuesto metas en la vida, y he intentado lograr cada una de ellas, quizas con distintos resultados cada vez, pero siempre aprendo algo, tanto en la derrota como en la victoria. Cada meta es una batalla y cuando sienta que he ganado la guerra, sera el momento de mi plenitud en la realizacion personal. Creo que debemos tener objetivos en la vida y contribuir para ellos, reconforta el alma y nos hace crecer.

Paulina dijo...

Amiga!!!
Hace tpo. q no pasaba por acá!
Uff, tienes una gran fuerza interior, eres realmente una guerrera de la luz, no desfalleces, sigue así amiga, continúa en tu camino q obtendrás buenos frutos.....el q siembra, cosecha!!!!!
Mil abrazos!!!!